Un año más los alumnos de 2º de Bachillerato, acuden a la cita, a las 7,30 de la mañana del miércoles 8 de noviembre. Poco a poco van llegando cargados con sus equipajes, ilusión y deseos de vivir una experiencia de convivencia y reflexión. Acompañados de Marina, Rafael, Jaime, Ignacio y Aurora, iniciamos este camino.
Hacia las 12 del mediodía llegamos a Aranjuez donde dos guías nos esperaban para mostrarnos y explicarnos las distintas estancias de su Palacio Real. Tras la visita, nos esperaba la comida y un rato de tiempo libre.
A las cuatro de la tarde de nuevo nos subimos al autobús para dirigirnos hacia Los Negrales, donde entramos hacia las seis y media. Allí nos esperaban con ilusión las personas de la casa y nos hicieron entrega de las llaves de los distintos lugares en que nos alojaríamos. Nos dimos un tiempo para instalarnos y resolver algunas dificultades. Hacia las ocho nos dimos cita en el “Espacio Alameda”, donde Fátima Ramos nos acercó a la Historia de la Institución Teresiana y sobre todo a la figura de San Pedro Poveda, su persona, su vida y su Obra. Terminamos este momento en la Capilla, donde ante sus restos tuvimos un momento de silencio y oración, en el que recordamos a nuestras familias y pusimos en manos de San Pedro Poveda nuestras mejores intenciones para estos días.
Después de la cena, con una dinámica dirigida por Ignacico tomamos conciencia de nuestro lugar en el mundo y nuestra potencial influencia en él. Al término de la misma nos dirigimos a “descansar”.
El jueves, iniciamos la jornada con el desayuno para continuar formulando por grupos, los compromisos para vivir la larga jornada de reflexión que nos esperaba. Tras compartir las reflexiones iniciamos nuestro Taller de Voluntariado: “Una forma de mirar y estar en el mundo”. Este Taller se desarrolla a lo largo de la jornada y supone una experiencia de encuentro consigo mismo y con la realidad. Toda esta experiencia de reflexión termina, después de cenar, en la Capilla de las Torres, con la celebración de la Eucaristía. Participamos de manera sencilla y sentida, en los distintos momentos, a invitación del sacerdote.
Tras este momento, terminamos el día con una larga noche de convivencia festiva.
En la mañana del viernes, con el sueño acumulado de dos noches de poco dormir, tras el desayuno y la recogida de los espacios habitados, llega la última jornada. Nos subimos al autobús y nos dirigimos a Toledo, donde Rocío nos esperaba para mostrarnos algo de la historia, el arte y anécdotas de la ciudad. Tras la comida y un rato de descanso, emprendemos el regreso a nuestro lugar de origen.
A la llegada a Córdoba, Marta Cantero toma la palabra en el autobús para agradecer, la experiencia vivida por todos, a los adultos que la hemos dirigido y propiciado, empezando por Antonio, el chófer del autobús. Cansados pero agradecidos y contentos, llegamos felizmente a nuestro destino, seguros todos de que una experiencia como esta merece la pena vivirla.
Ya sólo queda esperar que la misma tenga una incidencia positiva en sus vidas y que continúen con las experiencias de voluntariado que están realizando y las nuevas que surjan. Asimismo deseamos que el paso por la casa de Los Negrales, lugar en el que reposan los restos de San Pedro Poveda, les ayude a que cada día crezca en ellos el entrañamiento con la Institución Teresiana.