El miércoles, a las 7,30 de la mañana, estábamos citados delante de la Parroquia de Cristo Rey, para iniciar la actividad prevista para los días 28, 29 y 30 de octubre. Los 55 alumnos y alumnas, acompañados de Marina Huertas, Miguel Ángel Maldonado, Susana Sánchez y Mª Aurora Sánchez, iniciamos el camino hacia Madrid con la ilusión y el deseo de vivir y disfrutar esta experiencia.
Hacia las 12, llegamos a Madrid para disfrutar de sus calles y ambiente de la Plaza de Oriente, Puerta del Sol, Plaza Mayor,…
A las 5 de la tarde, nos dirigimos a los Negrales y tras la instalación en los lugares asignados, Albergue y torre naranja, hacemos un recorrido por el interior de la casa, Capilla de las Torres y Cripta de San Pedro Poveda. Salimos por la puerta principal recorriendo los jardines que rodean la casa.
A las 9 de la noche llega el momento de la cena y al término de la misma, un rato de velada-convivencia hasta las 12, hora en que cada mochuelo se dirige a su olivo, pero no a dormir ya que la charla y el paso de un lado a otro domina la situación y cuesta conciliar el sueño a las personas que así lo desean, pero es lo normal en una situación como esta.
El jueves, iniciamos la jornada con el desayuno. Nos convocamos a las 10 para iniciar puntualmente el Taller de Voluntariado: “Una forma de mirar y estar en el mundo”. Se trataba de hacer una lectura creyente de la realidad, mediante la dinámica VER-JUZGAR- ACTUAR.
Este taller supone una experiencia fuerte de encuentro consigo mismo y con la realidad; una experiencia que nos hace tomar contacto con nuestro interior, descubrir los momentos y personas significativos de nuestra vida. Lágrimas de agradecimiento afluyen a los ojos de mucho al recordar momentos y situaciones de sus vidas.
A las 14,15 nos dirigimos al comedor y allí las personas que viven en la casa, nos devuelven a los profesores, el cómo han entrado los chicos; se les notaba impactados por la experiencia vivida.
El descanso tras la comida, lo aprovecharon algunos para conocer los alrededores, descansar, cantar,… y tras él dimos un repaso a los cantos de la Eucaristía y a las distintas partes de la misma.
Después de la merienda, P. José Luís, párroco de Villaba, celebró con nosotros la Eucaristía en la que espontáneamente fuimos participando en los distintos momentos. Los cantos los dedicamos todos a San Pedro Poveda, porque en esa Capilla tiene un lugar importante, ya que sus restos están situados bajo el altar. Valoramos muy positivamente la cercanía del sacerdote.
Al término, nos dimos cita en la entrada del Espacio Alameda para que Loren Lozano, miembro de la Institución Teresiana, nos acercara a la persona de San Pedro Poveda y su vida. Nos acercó a la raíz de la realidad que vivimos en el Colegio, en la Institución Teresiana hoy.
Posteriormente dedicamos unos minutos a evaluar y expresar lo vivido a lo largo de la experiencia vivida en este lugar y después de la cena disfrutamos de nuestra merecida convivencia festiva.
Llega la última jornada. Todos a su hora acudimos al desayuno; a su término recogemos nuestras cosas y ordenamos los espacios ocupado. Nos dirigimos a la entrada principal para hacernos la foto del grupo. Todos contentos y agradecidos nos subimos al autobús para visitar Toledo. Allí Rocío, la guía, nos acoge y acompaña en una visita guiada por la ciudad; primero una visita panorámica desde el autobús y luego un recorrido a pie. Al término de la misma nos separamos para comer y estar un rato a nuestro aire.
A las 4,30 nos subimos de nuevo al autobús y nos dirigimos a nuestra ciudad de Córdoba. Cansados pero contentos, como dice la canción, llegamos felizmente a nuestro destino, seguros todos de que una experiencia como esta merece la pena vivirla.
Ya sólo queda esperar que todo lo vivido tenga una incidencia positiva en todos y que se hagan realidad algunas experiencias de voluntariado a lo largo del curso.
Alumnos 2º de Bachillerato